Gehry/Moneo
- ivannagracia
- Nov 22, 2021
- 2 min read
Updated: Aug 24, 2022
Un proceso que evoluciona constantemente es el proceso de diseño, donde no siempre sabes a dónde vas, pero siempre concluye con un resultado. A pesar de la constante evolución del diseño, existe una distancia entre el arquitecto y su trabajo en arquitectura. Sin embargo, esta distancia no significa que el proceso de diseño sea uno de los cambios variados y constantes donde no siempre se sabe cómo será el resultado, como en el caso del arquitecto Frank Gehry. A pesar de la distancia entre el arquitecto y su obra, la arquitectura sigue siendo un arte que, como los demás, implica una serie de métodos que cambian constantemente.
A la hora de diseñar, siempre es fundamental conocer el destino del diseño, pero la realidad es que muchas veces no se conoce el resultado final de este proceso. En cualquier caso, desde el principio, debes tener una idea clara del concepto a trabajar, aunque puede darse el caso de que, en el viaje de trabajo, haya una transformación o desviación de la idea inicial, lo que hace que no termine como comenzó. Un ejemplo de esto es el arquitecto Frank Gehry, quien en su escrito "Reflections of Designing", relata que, en un edificio, nunca sabe a dónde va cuando comienza, y que, si lo supiera, no iría a donde vino. Además, añade que la forma aleatoria de trabajar le brinda más oportunidades. Por lo tanto, se puede observar que el proceso de diseño es un proceso de crecimiento, donde un mismo proyecto en manos de diferentes personas alcanza diferentes resultados y propuestas.
Por otro lado, en arquitectura, el proceso de diseño que se está transformando constantemente puede crear una distancia entre la obra y el arquitecto, que surge quizás al final del proceso. En su escrito "La soledad de los edificios", Rafael Moneo dice que, de todas las artes, la arquitectura es la única que establece la distancia más significativa entre el artista y su obra. Sin embargo, esta distancia probablemente se deba al proceso de diseño también se debe a cómo el arquitecto deja su huella en la obra, que en el caso del arquitecto se trata más del arquitecto que diseña la casa o el edificio para que luego un equipo de trabajadores construya el diseño en realidad. En contraste, un pintor, que trabaja su pintura desde el principio hasta el final, tiene una relación más directa con su trabajo, a diferencia de un arquitecto que ya ha creado una cierta distancia.
La distancia se limita a la separación entre el arquitecto y su trabajo y también se puede observar en cómo se desarrollan las ideas en el proceso de diseño. El resultado a menudo no es similar al concepto inicial, y esta distancia surge desde el principio y el final del diseño, donde el comienzo no necesariamente se parece al final. No importa cómo haya comenzado o terminado un diseño, siempre habrá una distancia entre el principio y el final que habrá surgido de las transformaciones que surjan en el camino.








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